El gobierno de Ecuador, liderado por el presidente Daniel Noboa, ha concretado un nuevo canje de deuda por naturaleza que permitirá destinar alrededor de 460 millones de dólares a la conservación de la Amazonía. Este acuerdo se enmarca en el Programa Biocorredor Amazónico, cuyo objetivo es mejorar la gestión de 4,6 millones de hectáreas de áreas protegidas, preservar 1,8 millones de hectáreas de bosques y humedales, y proteger 18.000 kilómetros de ríos.
Detalles de la Operación Financiera
La operación financiera comenzó a cristalizar a inicios de diciembre y se concretó este martes. La organización ambientalista estadounidense The Nature Conservancy facilitó esta operación con el apoyo de la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo (DFC) de los Estados Unidos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Bank of America. A través de esta conversión de deuda, Ecuador recompró bonos soberanos emitidos en 2020 por valor de más de 1.500 millones de dólares y emitió un nuevo bono a mayor plazo (2041) y mejores condiciones.
Impacto Económico y Ambiental
La DFC proporcionó un seguro de riesgo político por la totalidad de los 1.000 millones de dólares para la nueva financiación, y el BID emitió una garantía parcial de liquidez crediticia de 155 millones de dólares. En total, la operación supondrá más de 800 millones de dólares en ahorros fiscales netos para Ecuador hasta 2035. La Amazonía ecuatoriana recibirá 23,5 millones de dólares anuales durante 17 años, de los cuales 19 millones financiarán el Programa Biocorredor Amazónico y 4,5 millones capitalizarán una dotación que se espera genere aproximadamente 60 millones de dólares en rendimientos adicionales.
Participación de las Comunidades Locales
Los pueblos y nacionalidades indígenas están participando en el codiseño de los esfuerzos de conservación del Programa Biocorredor Amazónico, garantizando que tengan un papel en las decisiones que afectan a sus territorios y bienestar. Este modelo de gestión busca no solo la conservación de los ecosistemas terrestres y de agua dulce, sino también el fortalecimiento de la resiliencia climática y el apoyo al bienestar humano.
Fuente:
Ecuador